Mi Mundo...

lunes, septiembre 13, 2004

Por los que matan libros...

Hoy me enteré que este fin de semana un compañero "hizo orden en su casa", eso hasta ahora no tiene nada de malo.
Este hombre, tenía libros muy viejos, de cuando estudiaba, incluso de sus papas y libros que habían leído de chico.
El tipo LOS QUEMO!!!
Alguien puede entender tal crimen? Ahí me doy cuenta que nunca los leyó, que esos libros no le aportaron nada. El cerebro es un músculo que hay que estimular y una forma de hacerlo es leer y estudiar. Evidente este hombre lo tiene ATROFIADO! Es un dictador en potencia...
Me parece una atrocidad! y más Habiendo tantos chicos en este país que no aun no saben leer o bien no tienen de donde estudiar....
Si le molestaban los hubiera regalado, una escuela, una biblioteca, algún conocido, alguna compañera del trabajo COMO YO!
Este país está como está, por la poca cultura que tiene. El hecho de destruir los libros es privarle a otros la posibilidad de leerlo, de alimentar el alma de otras personas. Los libros te abren la cabeza. Quemarlos es un asecinato, porque es como si tuvieran VIDA!

Pero en vez de seguir dando vueltas con este tema, prefiero postear un discurso de un entendido, Ernesto Sábato...

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QUIERO PEDIRLES QUE LEAN

Queridos chicos: he venido hasta acá porque quiero hablarles de la educación, de los libros, de la importancia decisiva que tienen en la vida de los pueblos y de las personas, y de la que han tenido en mi vida.

Han pasado tantos años y sin embargo aún conservo el recuerdo de mi escuela de Rojas y de aquel colegio de mi adolescencia donde, igual que ustedes, fui conducido a los umbrales del pensamiento y de la imaginación. Con una mezcla de rigor y de ternura nuestras maestras y nuestros profesores nos enseñaron a buscar la verdad, a la vez que se iba formando nuestro espíritu con valores esenciales. Junto a los saberes que integran la educación básica, ellos nos transmitieron algo de la heroica epopeya del hombre. A menudo nos sentíamos extraviados ante aquellos acontecimientos cuyos motivos últimos, sin duda, sobrepasaban lo que podíamos comprender. Por esos relatos, llenos de peligro y de pasión, lograban suscitar nuestro asombro, que es la piedra angular de la verdadera enseñanza. En aquel tiempo, se forjaron las ideas esenciales que me acompañaron a lo largo de la vida, y se echaron las raíces de todo lo que tuvo que ser.

Por eso he venido hoy, especialmente, para hacerles un pedido: les quiero pedir a los chicos y a los jóvenes, con la autoridad que me dan los años, que lean. Yo también he leído de chico, y fueron los libros quienes me ayudaron a comprender y a querer la grandeza de la vida. Quienes sembraron en mi alma lo que luego los años pudieron expandir. Leía cuanto llegaba a aquellas bibliotecas de barrio, donde primero a través de libros de aventuras, y luego, porque un libro lleva, inexorablememte, a otro libro, a través de los más grandes de todos los tiempos, esos que nos entregan los abismos del corazón humano, y la belleza y el sentido de la existencia.

Leer les agrandará, chicos, el deseo, y el horizonte de la vida.

Leer les dará una mirada más abierta sobre los hombres y sobre el mundo, y los ayudará a rechazar la realidad como un hecho irrevocable. Esa negación, esa sagrada rebeldía, es la grieta que abrimos sobre la opacidad del mundo. A través de ella puede filtrarse una novedad que aliente nuestro compromiso.

Privar a un niño de su derecho a la educación es amputarlo de esa primera comunidad donde los pueblos van madurando sus utopías.
Créanme, es necesario que nos dejemos todos empapar por la utópica búsqueda de una gran educación para nuestros chicos.

Lo he dicho en otras oportunidades y lo reafirmo: la búsqueda de una vida más humana debe comenzar por la educación. Como supo señalar Simone Weil, su tarea es “preparar para la vida real, formar al ser humano para que él mismo pueda entretejer, con este universo que es su herencia, y con sus hermanos cuya condición es idéntica a la suya, relaciones dignas de la grandeza humana”.

- * Discurso pronunciado durante la presentación del Plan nacional de lectura, realizada en el Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología.